viernes, 18 de enero de 2013

Y ahí esta ella, en su cuarto, escuchando esa canción que le recuerda siempre a él, con los ojos hinundados de lágrimas y leyendo todos esos mensajes que él le escribía, con esos comienzos tan especiales que a ella le encantaban como
"Escúchame pequeñilla"
Que bonita forma de empezar un mensaje de despedida, o puede que fuese una despedida pero no con punto y final si no con puntos suspensivos.A ella le encantaba como empezaba, pero no le gustaba el contexto que llevaba después del comienzo, y como no, eso del final tampoco, pero bueno el final le hacía sonreír un poquito más con eso de
"Y escúchame princesa nunca dejes de sonreir porque no te mereces que ni una lágrima caiga de esos preciosos ojos, sonríe que te lo mereces.Te quiero mi pequeña"
¿Qué no dejase que le cayese una lágrima de sus "preciosos" ojos?Pues cuando le dijo eso, más lágrimas caían por sus mejillas.¿Qué sonriese?La única forma que tenía ella de sonreír era estando a su lado, y él no estaba a su lado, entonces no podía pretender que ella sonriese, no podía sonreír sin escuchar "pequeñaja,enana" pero sólo sonreía si se lo decía él, de sus labios, esos labios con esa sonrisa tan preciosa que le volvía completamente loca.
Y ahora a ella no le hables de finales felices, de cuentos de princesas que terminan con sus príncipes, porque ella su precioso cuento de "princesa" se le ha terminado y no casada con su príncipe.Su historia no ha terminado con puntos suspensivos, ella no cree que tenga una segunda parte, si no que piensa que se acabado con punto y final, que no hay ni segunda parte ni nada, y ella ha terminado su cuento y no felizmente si no con lágrimas y sonrisas fingidas.

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